jueves, 8 de agosto de 2013

CERRADO POR VACACIONES...

La verdad es que me gustaría ser ella pero... mis vacaciones nada tienen que ver con las suyas.  Aprovecho para hacer un traslado a "con un par".  Hablemos claro, no estoy de vacaciones, estoy en medio de una ERE. (gracias a http://blogdetercerciclo.blogspot.com.es/, por la imagen, la tomo prestada)


domingo, 21 de julio de 2013

SOMOS LO QUE COMEMOS

Cada día que pasa queda más demostrada la teoría que afirma que somos lo que comemos a todos los niveles.  Es cierto que, como en toda ley siempre aparecen excepciones puntuales que no hacen más que reforzar la cuestión en dicho o entredicho.  ¿Dicho o entredicho?  Claro.  Nunca tanto como ahora para que ante cualquier premisa que se lance surjan de manera casi espontánea, adeptos y detractores.  Cualquier concepción, del tipo que sea, se ha convertido en una especie de comida rápida de las ideas, cualquiera la tiene a su alcance.
La velocidad en nuestro ritmo de vida, cada vez más vertiginoso, nos está convirtiendo en seres cada vez más cómodos.  Entre los valores que aumentan nuestra pasividad se encuentra justamente esta velocidad, que podemos, por ejemplo, encontrar en estas nuevas tecnologías que se han apoderado de nuestras vidas.  Si nada lo remedia, aquello de "la letra con sangre entra", quedará desterrado para siempre de nuestra RAM.  Si bien la connotación violenta puede desterrarse con toda tranquilidad, no lo debería hacer su significado que más que figurado, es con toda excelencia, el significado real.
La facilidad con que TODO -y digo TODO con mayúsculas, para evitar cualquier duda-  llegue con tanta facilidad, nos está convirtiendo, a todos aquellos que podemos satisfacernos de alguna forma de ello, en seres cada vez más cómodos, menos inquietos, más pasivos.
Y desgraciadamente, todo ello lo estamos reflejando en nuestra actitud impasible ante los acontecimientos que nos envuelven.
Antes nos explicaban cuentos de hadas o de villanos, donde tras duras luchas contra el mal, el bien alcanzaba su puesto.
Hoy nos muestran a diario como los villanos son los dueños de la situación, los reyes de la fiesta, mientras que todo aquel que desea seguir con su vida digna, respetando al prójimo, y trabajando para alimentar su autoestima y su hogar, se encuentra premiado con una ciénaga de arena movediza de la que cada vez, es más difícil salir.
Comemos todo ello que nos muestran los medios, villanos que machacan a todo el que pueden y viven a cuerpo de rey.  Todos queremos ser reyes -con perdón de la palabra-  del mambo -aunque muchos ni sepan lo que es.  Es lo que comemos, es lo que aprendemos, es lo queremos ser...
PD Hablo en primera persona del plural, para ser yo ese burro que va delante, y el resto, no se sienta agredido, aunque eso si, me gustaría se sintiese comprometido -¡Y se rebotase, carajo! de una buena vez.

Bueno, y ahora me voy a ver la sincro al Palau Sant Jordi.


jueves, 18 de julio de 2013

HOY NO ES DOMINGO, HOY ES JUEVES, 18 DE JULIO

 Cierto el título.  Pero aquí donde me encuentro, en verano no existen los domingos.  En tal día como hoy, allá por el año 1936 los ancestros de estos que ahora nos ahorcan, tomaron por las bravas aquello que entendieron les pertenecía y debían meter en vereda.  Los de ahora, de manera más sutil, se han hecho cargo de la situación y el pueblo, todavía a medio camino entre la verdad y la mentira, espera que alguna hada madrina llegue a Idilicalandia y con su barita solucione aquello que solo remedian ya los cañones.

“La línea de la honestidad humana tiene su límite cuando el hombre deja de serlo para convertirse en político”

La hipótesis queda validada mediante hechos surgidos de manera espontánea y que gracias a los medios técnicos al alcance del ciudadano, éste tiene asegurada la información al respecto.
Si que no seria de recibo obviar que muchas veces la información no es objetiva y en algunos casos ni tan siquiera contrastada.  Tampoco podemos dejar de lado la manipulación en cualquiera de sus acepciones.
Incluso existen herramientas que fácilmente pueden ayudar a manipular cualquier información, aunque cuando nos presentan grabaciones furtivas de algún tipo, lo único que el ciudadano de bien pone en duda, es la honestidad de si mismo ante una información recibida de manera fraudulenta.
La secuencia de acontecimientos nos ha presentado de manera espontánea un más que valioso estudio de campo a tiempo y espacio real, característica ésta, suficientemente importante como para considerar seriamente los hechos presentados.
Razón a todo esto, me permito opinar que en estas tierras, el sufrimiento está tan arraigado que cualquier desmán de las clases dirigentes es visto como tabú social y que con una actitud totalmente gótica, se acepta como parte de un destino indesviable.
No puedo dejar de hablar de todos aquellos que se dedican al asunto y que por cuestiones de proximidad, a ninguno no es necesario remitirnos a ningún medio.  Hablo de aquellos que juegan en las pequeñas ligas y que rápidamente han aprendido de sus hermanos mayores, siendo si cabe su comportamiento más execrable, debido en gran parte al trato cotidiano con sus supuestos representados.  Y digo supuestos porque estoy completamente seguro que ninguno de aquellos que los votaron, lo hicieron a programas donde cada día se hace caso omiso de las necesidades de los ciudadanos, diezmando servicios y multiplicando obligaciones, ciudadanos que van perdiendo junto con su poder adquisitivo, su dignidad, ya que comprueban como mientras ellos a duras penas resisten el chaparrón, los otros nadan en la opulencia –no se molestan en disimular, ni tan siquiera hacen viajes para lavar todo aquello que se les ensucia en sus trayectorias, a las que adornan con coches de esos que llaman de gama alta y con chalet de tan alto standing que con su supuesto sueldo no conseguirían ni en el mejor de sus sueños.
En poco tiempo un Alzheimer fulminante los alcanza, olvidando sus promesas, sus programas, las caras de sus vecinos, pierden la honestidad que seguramente alguna vez tuvieron, dejan de ser hombres, para ser solo eso, políticos.

domingo, 7 de julio de 2013

LA VENGANZA DEL SANTO

El estado de las autonomías se convierte en objeto de debate cuando no se tienen argumentos de provecho en otros temas.
Resulta más que penoso ver como los políticos debaten sobre una posible modificación de la carta magna del país cuando hace bien poco, tanto que todavía se encuentra en la memoria de los más despistados. Es más lamentable todavía que se esté insultando nuevamente la capacidad de raciocinio del ciudadano malversando argumentos políticos en sentido de los propios intereses anteponiendo éstos, a los del pueblo que representan.
El tema de los nacionalismos no es la primera vez que se utiliza a modo de cortina de humo para evitar temas más espinosos.
Si que es cierto que para todo aquel que se inclina por los temas de identidad nacional antes que por otros de carácter socioeconómico, el sentimiento de pertinencia a un pueblo no es pecata minuta.
Con esto no solamente quiero hacer un llamamiento al respeto que sin duda es la base para toda convivencia de calidad que se precie, sino también llegar a una reflexión que creo también se debe tener en consideración: El perfil de todo aquel que argumenta sobre el tema; Por un lado tenemos al político situado en el dique seco de las soluciones eficaces a la actual situación, que en tiempos de bonanza ha evitado elegantemente el tema; Por otro lado tenemos a la masa social insatisfecha, ya sea por la mala situación en que se encuentra o por el descontento ante la pasividad e ineficacia de todas las medidas tomadas con el fin de solucionar los problemas que han minado el proyecto de estado de bienestar en el que hasta hace bien poco estábamos inmersos; Por último no puedo dejar de nombrar al más importante, al nacionalista confeso a las duras y a las maduras, ese que no cambia su ideología en función de la dirección de los vientos que corren y que permanece fiel a sus principios.
Justamente a éste, al hombre de principios es al que en estos últimos tiempos se le intenta esquilmar en lugar de los facinerosos de tres al cuarto que han sabido dilapidar con maestría de corsario las naves que nos competen a todos, siendo muchos de ellos premiados por ello, señalando alguna cabeza de turco a tal efecto por si fuese necesario.
A todo esto y por si no fuese ya bastante, no podemos dejar de tener en cuenta a todos aquellos que decretan contra natura, ya no digo contra ley sino contra natura para exprimir en última instancia a todo aquel que todavía echa gota y jactándose de su vileza de manera mezquina, aclarando su impunidad, su inmunidad y la brevedad de su momento. Con una alusión al refranero, recordando con sonrisa burlona que para lo que le queda en el convento, se caga dentro.
Podría ser que el arreglo a tanto dislate ya no se encuentre en semicírculos al uso y a falta de cojones que disparen una auténtica revuelta de base, sólo nos quedan los santos, auqe visto lo visto, esto no lo arregla ni el santo por antonomasia San Simón Templar, que hasta con los más malos malotes se atreve.

domingo, 30 de junio de 2013

MENTES PELIGROSAS

No quisiera comenzar el verano, ese periodo en que los políticos y algún privilegiado más, viajan a algún paraíso diferente de los que acostumbran a visitar durante el año, añadiendo además compañía extra: nada de viajar solo o con algún colega, en verano uno viaja en familia.
Pues a lo que iba, antes de que se concentren los patricios en esas arduas tareas que les competen, me gustaría poner al retortero algo más que los asuntos paradisíacos que a todos nos empachan en un sinsentido continuo – y digo sinsentido porque al burgo, todo estos asuntos sobre macrodelicuentes de alta estofa que nos empacha desde hace un tiempo, no nos sirve nada más que para recordarnos a diario que los tópicos de la vida del tipo: “Todo fue un sueño”, “Fue bonito mientras duró” , etc, son el reflejo de la cruda realidad, esa que aveces edulcoramos para hacerla más llevadera.
Y bueno, harto ya de caramelos con droga dentro, viendo como las esferas de poder despotrican barbaridades sobre las verdaderas víctimas, a las que ahogan a impuestos y privan de los derechos básicos y reconocidos legalmente, he decidido lanzar una pregunta a modo de dardo caramelizado, como los suyos, esos que mediante vagas acusaciones y afirmaciones falsas sin otro ánimo que dividir para debilitar – que no para ensalzar y engrandecer el alma - :Ahí va.
¿Alguien puede explicarme porque de manera reiterada, una y otra vez se desestima la candidatura de la villa? ¿Y también habrá alguien que pueda decirme porqué continúan vendiendo ilusión a los villanos en lugar de generar riqueza -para los villanos (los habitantes de la villa) en lugar de hacerlos para los villanos (los que esquilman -por no decir otra cosa) a la villa y todos los territorios en un radio aproximado de seiscientos kilómetros, económica, cultural, social... y no se cuantas vertientes más acabadas en mente, ¡ ah si, la mente también! Nos quieren joder el entendimiento y hay veces que hasta lo consiguen... ¡vaya manipuladores!
Aunque no hay más que mirar fuera del radio de control para comprobar que casi nada es como en realidad nos lo presentan y que además, desde fuera, la gran mayoría no comulga con esta pantomima hecha gobierno, y quizás, uno de los castigos, dosificados de manera discreta y porque no, ambigua, sea la negativa reitera a un sueño, que al fin y al cabo, solo castiga al que sueña con alcanzarlo, que al final no es más, que el villano de a pié, el envenenado y engañado, víctima cruel junto con el resto de a pié del mencionado radio, que cada día ve aumentar, los que esperan la noticia, sentados -en la cola del paro-.
Y si alguno quiere amenizar la espera, que intente encajar el puzzle de la manera más... efectiva.

¡Feliz verano!


domingo, 23 de junio de 2013

GESTIONES DESACERTADAS

Hace un par de días, como todas las mañanas, hacía mis mandados a pie. Antiguamente, cuando aunque nada, igual que ahora, iba bien, hacía los recados en coche, había un montón de razones para ello: podía conducir porque no tenía lesiones legendarias que me lo impidiesen, resultado de la merma de servicios sanitarios tras las políticas de recortes; podía también utilizar el coche porque llenar mi depósito costaba justo la mitad que vale ahora; podía asimismo aparcar en cualquier lado porque las zonas de pago solamente funcionaban durante unas fechas determinadas; podía pagar con tarjeta de débito porque sabía que mi nómina estaba en el banco esperando que yo dispusiese de ella.
Ahora camino toda la mañana. Andar en coche supone un ahorro de tiempo importante pero no más que el valor económico acumulado en ello. El desgaste físico es de alguna forma un si por si: ya no puedo pagarme el centro deportivo, mi poder adquisitivo ha mermado de manera directamente proporcional al aumento de patologías que bueno, de alguna forma, equilibro de manera práctica, camino y camino, aunque los brazos se dañan cada día más del peso que uno acarrea y del aumento de trabajo, ya que desde que en la empresa somos menos, debemos entre los superviviente de la primera quema, hacer bandera de fuerza y optimismo y sacar uno lo que antes hacían tres, por supuesto, con la misma calidad o mejor, mientras una y otra vez, nos vemos en la obligación de andar haciendo y deshaciendo todo aquello que la jauría de jefecillos ineptos puestos a capricho del que manda, y que dicho sea, entre todos saben y trabajan menos que a los dos indios de turno que han dejado – mi compañero y un servidor- y que para más inri, cada uno de ellos se embolsa cada mes algo así como el triple de nuestros jornales. Hablando de jornales, en el momento que mi sueldo llega al banco, voy sin demorarme y con sigilo a buscar mi dinero y pago en efectivo, para no ser atracada, ni por CACOS ni por cacos, sobre todo los primeros, esos que, últimamente, además de quedarse con nuestros dineros, reciben millonarias gratificaciones por sus gestiones desacertadas, ya sea de manera pública a través de cualquier tipo de retribución especial: gastos de representación, dietas, o indemnizaciones varias o bien, de manera privada, perdiendo los haberes en cuentas numeradas en cualquier banco pirata anclado en aguas fuera de jurisdicción y a poder ser sin donaciones GPS.
Y en la puerta del banco, un hombre joven, con buena presencia y provisto de dos mochilas grandes, que presumo, son sus únicas pertenencias, está sentado en el suelo, cabizbajo, aguantando un cartón blanco escrito a mano en el que leo “PARA VIVIR”.



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domingo, 16 de junio de 2013

OPERACIÓN DELOREAN

Llegó un día en el que DeLorean se hizo el objeto de culto tras descubrir que alguien había transportado a toda la sociedad en un viaje al pasado.
Incluso en los pueblos considerados ejemplo de todos los avances sociales, generalmente auspiciados en acciones de baja calificación, por no decir actos impúdicos, en cualquier sector de la sociedad en general y del individuo en particular.
Curiosamente es en la historia, cuyo estudio es considerado inútil sobre todo por aquellos con ínfulas de gobernabilidad sobre el resto de mortales, donde podemos encontrar sin necesidad de grandes costes en investigación, la respuesta a todos estos acontecimientos que acontecen y que a una gran mayoría nos resultan inconcebibles a estas alturas.
Todavía cuesta hacer entender a una gran mayoría social que es justamente en la investigación histórica, un terreno que debido a sus características... ¿cómo podríamos decirle? ¿low cost? Creo que lo de bajo coste es perfecto y sostenible dentro de nuestro panorama actual.
Claro que seguramente a esas clases dirigentes podría costarles justamente cara la opción ya que perderían de manera automática, poder de manipulación sobre las masas de actuación y soporte.
Es obvio. En el momento que cualquier individuo sea conocedor de los detalles de aquellos que nos precedieron, necesitará poco más que unas capacidades intelectuales corrientes para darse cuenta de que todos todos los años transcurridos, siglos, que no es necesario apurar, no han aportado a la sociedad más que un movimiento cíclico, un auténtico viaje sin salida y sin retorno, en el que a modo de gramófono bidireccional se escucha una y otra vez y en doble dirección, la misma melodía.
Bastaría hacer un rápido barrido visual por cualquier libro historia para darse cuenta que todo no es más que una repetición de algo que ya antes ocurrió.
Solamente es necesario un libro y un poco de tiempo. ¡Ponganselo difícil al sistema!
Nunca una solución estuvo tan cerca y fue tan evidente.

De la misma forma, es evidente que, las conclusiones, debe deducirlas uno mismo.


domingo, 9 de junio de 2013

LA MUERTE TENÍA UN PRECIO... Y LA VIDA?

Las políticas de austeridad están provocando daños de tal calado en la población, que realmente resulta difícil, incluso para cualquier analista diestro en la materia, vaticinar cual será el auténtico alcance de la brecha social perpetuada, fruto sin duda de una cadena de errores políticos tomados en forma de decisiones dolorosas que a priori, y por supuesto según los iluminados que las están poniendo en circulación, son para el bien de su querida patria y de todos aquellos que sus territorios habitan.
Se habla a todas horas y en espacios de cualquier ámbito de todas las medidas que ese vergonzoso equipo que nos gobierna, de la desconfianza revertida a los ciudadanos que ya ni tan siquiera se escandalizan ante el continuo chorreo delictivo de éstos.
Es evidente y no hace falta ser una lumbrera ni nadie muy estudiado para hacer cuatro números a la cuenta de la vieja, para darse cuenta que tras todas esas conductas delictivas, se encuentra uno por uno, todos los euros que nos han sido robados, perdón, aquí nadie roba nada, los euros, todos esos que poco a poco hemos visto desaparecer de las partidas presupuestarias hasta el extremo de convertirnos en un país de saldo, los hemos extraviado.
Cualquier sector es importante cuando se habla de un supuesto estado de bienestar, aunque todavía no nos hemos concienciado de que el estado de bienestar ya pasó, y que realmente debemos luchar por conservar aquellos servicios que son parte de un sistema social bajo mínimos en las fechas que estamos. Hablo de la educación -pero no de esa a modo de despilfarro ha modificado sistema tras sistema cada vez más nefasto, pero eso hoy no lo voy a valorar, ya que aunque sea importante, la sanidad lo es quizá más, porque la vida de las personas es lo que está en juego.
Se están intentando implantar modelos económicos y laborales que no se sostienen y es quizá en el sistema sanitario donde estas carencias son más visibles.
No estoy pensando en la merma sufrida por las condiciones laborales o la pérdida de empleos, pienso en lo existente: Estamos presenciando como los salarios se están reduciendo próximos a los de un microempleo, sin embargo, no se está cumpliendo esa política más que a medias, de hacerlo de manera completa, podríamos estar hablando de más trabajadores en activo, con la consiguiente baja del número de desempleados y con una disminución en la calidad de servicios casi inapreciable.

Hace bien poco, una persona con fiebre era atendida en un centro sanitario en el mismo día, hoy, este servicio se retrasa hasta cuatro, lo que quiere decir, en el mejor de los casos que, si todavía no es tarde, damos cuatro días más de sufrimiento a una persona, pero puede ocurrir que vaya regular, siendo en ese caso, considerable el gasto sanitario porque ya implicará una hospitalización y en el peor de los casos, hablaremos de lo que una vez ocurrido no tiene arreglo ni se paga con dinero, la vida de las personas, no tiene precio.


domingo, 2 de junio de 2013

RADARES TRIBUTARIOS

Más que una bronca dominguera, de esas que el padre en su papel de progenitor responsable, da a su vástago adolescente cuando, -a largas horas de la mañana, con el sol culminando su cenit en un día que por fin se asemeja a lo que corresponde a estas alturas del año-, tras una noche toledana que por el olor a ron con miel que despide la estancia, más debería ser tinerfeña, no acaba de ponerse en pie tras los tragos y los estragos. El padre apela a su responsabilidad – a la del hijo- y le recuerda que si bien no hay límite de llegada, si que los hay de estancia en el lecho, y que si bien es grande para irse de copas con los amigos, también lo es para levantarse con la disposición de ayudarle a montar el jardín para el verano que recién asoma.
Y de los límites y radares, más que reprimenda hago hoy aviso. Y es que cuando uno va por la autovía, de esas que nos hicieron durante las vacas gordas, que nos hicieron parecer europeos y que ahora, cuando somos pobres, -ya lo éramos antes pero algunos creyeron, con tanta construcción que no- uno va tranquilo pensando que en la larga recta, siempre tiene su límite de los ciento veinte, y en las salidas, uno ve disminuir a cien y a ochenta, o a lo que se tercie, según la maniobra.
Avisos de radar encuentra uno por todas partes, pero resulta cómodo transitar por allí, sobre todo si uno pilló auto nuevo antes de descubrir nuestra ruina, y el coche tiene uno de esos mecanismos de bloqueo de la velocidad.
Justamente, la autovía en que me inspiro, es de esas como tantas otras, que se hicieron a diestro y siniestro, sin estudios lógicos al respecto -tanto por los ingenieros como por el personal que toque, o sea sé, enjabonados varios de esos que todos conocemos- con lo que quiero decir que el lugar donde se encuentra, la carretera primitiva y el tránsito habitual de la misma, no necesitaban la susodicha estructura.
Razón ésta sin duda para que abunden los radares a la caza de tributo. Como la mayoría de los conductores andan ya un poco boquerón, vamos, más secos que la mojama, acostumbran a circular atentos y obedientes a las señales, y claro, ahí viene donde el padre que quiere arreglar precisamente hoy ese jardín, convertido en gobierno dispuesto a cobrar como sea, de manera engañosa, como al azar, pero muy estratégicamente, coloca un disco de prohibición de cien, justo antes de uno de esos superpuentes por los que pasan diez o doce coches al día – vamos, igual de optimizados en rendimiento que la autovía- y el conductor, todo feliz, entiende que tras él, una nueva salida espera, cuando en realidad lo que se encuentra, es un radarcito, de los de toda la vida, con la cámara destellando a toda leche, y haciendo fotos con un precio en el mercado de artista de Hollywood, o mejor, de uno de esos de la liga BBVA, que a muchos de nosotros, nos tiene atontaos. De esos que todavía se pagan como eso, como si fuéramos ricos, como la multa... he dicho.
Y por una de esas, hasta te llevan preso.

LLENO TOTAL

domingo, 26 de mayo de 2013

DESAYUNO CON DIAMANTES


Ha bastado una noticia al azar durante mi placentero brunch dominical, para que ese fluido de coloración espesa y sabor ligeramente férrico, empiece a burbujear salvajemente dentro de sus vasos, a modo de bomba efervescente, produciendo un desalojo inminente de la mesa por parte de mi humilde persona.
El texto versaba sobre los derechos de las personas dependiendo del substrato social al que pertenecen. Choca, cuesta de entender la frialdad con la que se habla del tema como si no fuesen personas el objeto de tal manifestación.
Primero de todo he de decir que no ha sido esa supuesta frialdad -matiz que por supuesto es totalmente subjetivo- lo que me ha llamado la atención, sino el hecho de que alguien dentro del panorama político empiece a dejar los eufemismos de lado y empiece, aunque de manera tímida, a llamar a las cosas por su nombre, independientemente de que uno se encuentre identificado o no con la opinión expresada.
Dicho esto, entiendo que muy apurados se tienen que ver estos que mandan cuando ya ni tan siquiera se preocupan en detallitos tan importantes para ellos como utilizar un vocabulario impoluto políticamente. Y es que no estoy en ningún momento haciendo alusión a esos comentarios más que subidos de tono que alguna vez, a causa de un supuesto micrófono mal cerrado, hemos conocido.
Pongámonos en situación: Sala de prensa, político de turno en el estrado, pleno al quince en asistentes de diferentes ocupaciones, todo ello rodeado de cámaras, grabadoras y, personal de los medios de comunicación.
El político de turno explica su nuevo recorte autorizado, basado éste en el tiempo de estancia en el país, como si la nación fuese un hotel y se le aplicara el desayuno gratis a todos aquellos huéspedes que tengan una estancia superior a una semana, por ejemplo...
Y todo ello, con lo feo que suena sabiendo o sin saber, por no tener la valentía de reconocer que desde un principio -desde siempre- no se han establecido las políticas adecuadas en la materia (no aludo a ninguna porque realmente, se han hecho tantas cosas mal...)
Uno de los factores que han influido en ya catástrofe que nos invade, es sin duda, la aplicación de políticas desacertadas – por no decir descabelladas- por parte de las clases dirigentes. Políticas que han sido sufragadas por el estado, o sea, por el contribuyente, o sea, por todo aquel ciudadano que vive, trabaja y tributa, en este país.
Sin necesidad de ser un iluminado entendemos que una nación, por rica que sea, por mucho que produzca -ninguno de ellos es nuestro caso- está en posibilidad de costear subsidios dados a diestro y siniestro, sin, en muchas ocasiones ni tan siquiera comprobar el destino o procedencia del... digamos... envío.
¿Qué porque?
En primer lugar porque resulta muy fácil repartir un dinero que no te pertenece. Los políticos y en su nombre las administraciones gestionadas por ellos, se han encargado de repartir el dinero recaudado de manera arbitraria, y eso, en en mejor de los casos.
Llevando como estandarte político eslóganes alusivos a la prosperidad o a la transigencia de la sociedad, no han hecho más que hacer un llamado masivo tanto a aquellos pertenecientes a los estratos más necesitados como a los que son duchos en vivir a costillas de éstos.
Una vez transcurrido el libre periodo de llegadas descontroladas, y también el de supuestas vacas gordas -que en realidad, nunca existieron- todos sobramos.
A unos quieren mandarlos a origen y a otros a Troikolandia, ya sea sustituyendo las inversiones en el territorio por otras en otras tierras, unas que mientan “paraísos” , dejándolos sin posibilidad de sustentarse y tirar p'alante o bien, negando los subsidios que a modo de regalía abonaban la esperanza de otros muchos en peor situación.
Nuevamente queda pues, ese modus operandi, esa mala praxis operativa que a lo mejor, esta vez por fin, acaba estallándoles en sus caras diamantescas -por aquello de que el diamante es la piedra más dura- y... echando, echando, se quedan si peones que los mantengan.

domingo, 19 de mayo de 2013

PAÍS DE CHISTE


Cada días al levantarme y leer la prensa, hago todo lo posible para autoconvencerme que toda esta situación que todos aquellos que formamos parte de los estratos sociales obligados a trabajar estamos padeciendo, no es más que un episodio puntual, aunque no por ello menos traumático para todos nosotros.
Cuando hago el apunte sobre la obligación de trabajar, no es  que en ningún momento pretenda excluir a ningún ciudadano de ese derecho amparado y reconocido constitucionalmente de momento, y digo eso, de momento, porque al paso que vamos, los regímenes bananeros van a ser el top ten de los gobiernos comparándose con el nuestro.
Es obvio que de manera casi súbita estamos perdiendo todo aquello que poco a poco en los últimos años hemos construido y que por diversos factores, no estamos en condiciones reales de luchar contra el sistema opresor que nos merma derechos y nos obliga a comulgar cada día, con ruedas de molino más anchas.  Cada vez se me viene más a la cabeza aquella película protagonizada por Charlton Heston, “Los diez mandamientos”, donde los esclavos hebreos arrastraban gigantescos bloques de piedra destinados a construir las pirámides de los faraones, incluso, si me apuro un poco, podría ver la escena más cercana, a ese Arnau, protagonista de “La catedral del mar” de Falcones, transportando pesadas piedras desde la cantera de Montjuich.  El que un ciudadano en pleno siglo XXI empiece a tener estas ideas es muy peligroso, porque ya no estoy hablando del típico retroceso a los años de la dictadura, sino que hago referencia a unos tiempos anteriores a la sociedad preindustrial, donde,  directamente y en voz alta digo que no había trabajadores –entendiendo que un trabajador es un asalariado- sino esclavos.
Si, es exactamente lo que estoy diciendo, y aunque a algunos les parezca disparatado, a lo mejor esto ayuda a repensarse un poco la realidad y alcances de la situación.  Muchos son los privados de los derechos reconocidos, mientras otros hacen alarde indecente de sus falacias y de la facilidad insolente con la que se zafan de ellas, riéndose a carcajada plena, ¡Qué pena!, se esa sociedad que hasta día de hoy, los sustenta, o lo que es lo mismo, lo aprueba.
Como cambio al tiro de gracia de más de uno daría o autorecibiría, preferimos recurrir, acompañados de esa  tragicómica idiosincrasia que nos vincula, a la socarronería, en el más blanco de los sentidos, y adornamos nuestro desasosiego con algún chiste vinculante al uso como aquel que dice que ninguna de las mujeres de los presuntos sabe nada y en cambio, la de uno, es como Google, que lo sabe todo.

domingo, 12 de mayo de 2013

LA HERENCIA DE EL LAZARILLO DE TORMES


Siempre fue la sinceridad uno de los valores más importantes para mi, por no decir que es el más. Creo que son muchos los que estarán esta vez de acuerdo conmigo. Y es que en todos los niveles de la vida social creo que es imprescindible la sinceridad. Seguro todos en más de una ocasión han escuchado decir que las mentiras son una base poco sólida en la que construir, y créanme cuando hoy les digo, que en el transcurso de esta semana he podido comprobar por diferentes cauces que esto es así.
Empezando por ese refranero tan nuestro, tan sabio y tan certero, hablando de mentiras recordaré aquel refrán que nos dice que las mentiras tienen las patas muy cortas.
Recordaré también a mi amigo Luis, al que en estos días veo poco porque al estar siempre pendiente de la información, se encuentra más que entretenido con los dimes y diretes del panorama político, que debido a las velocidades en los cambios de declaraciones de los supuestos mangantes no da al alcance de todas ellas, aunque si una de sus reflexiones llamó mi atención, al coincidir casi, con mi amiga Ali en un clarísimo comentario que envió al otro blog, aquel que tengo bautizado con un par con ese mismo nombre “Con un par”.
Ali hace referencia a la veracidad de las cifras que se informan y a la no correlación con aquello que se vive en la calle, así como nos recuerda como aquí uno lleva la picaresca instaurada novelísticamente en “El lazarillo de Tormes”, allá por el XVI, a deporte nacional provisto si puede ser de podium.
Es aquí donde debo entrelazar la reflexión de Luis, cuando me explicaba que en otros países, si alguien descubre que el vecino ha defraudado a hacienda, lo denuncia, con un par, y lo juzgan por lo que convenga antes de que se les olvide. Aquí nadie denuncia a nadie, y no solamente en los casos de moneda, desgraciadamente.
Otra de mis tertulianas me comenta que somos una sociedad que no escarmienta, y me recuerda que hay sociedades donde además de no pedir nunca a los bancos sino a la familia o amigos, corren un auténtico riesgo de exclusión social ante el impago, una vergüenza muy grande, cuando aquí, no pienso ahora en el impago, ni en el desahucio -porque hoy no toca- sino en la conducta social ante el delito monetario, poco nos falta para decirles “Torero” y darle las dos orejas y el rabo, por diestro y por maestro, con un “Ole” como Dios manda, de corrido.
Aquí los defraudadores son héroes, tan importantes que se encuentran ubicados en las más altas esferas sociales y es tal su empeño y pluripersonajeo, que en ocasiones, se llaman a ellos mismos.
Y mientras los deportistas del delito consiguen más medallas, la vida del trabajador honrado se vuelve cada vez más cuesta arriba.



domingo, 5 de mayo de 2013

LA MUJER DEL CESAR, LA DE URDANGARIN...


Si algo queda en tela de juicio, en entredicho cada vez más y de manera reiterada, es sin duda el papel de la monarquía en Idilicolandia.
Ya dijo Plutarco en los primeros años de nuestra era que mujer del César no solamente debía parecer honesta sino serlo realmente. Si esta idea se sigue recordando más de veinte siglos después, es evidente que no se ha obviado a lo largo de los tiempos y no vamos a hacerlo ahora.
Ahí pues, Césares y Césaras reinantes, todos gente de cultura y modales exquisitos ¿Dónde habéis dejado vuestras enseñanzas de filosofía? ¿Dónde aplicáis todo aquello que un día os pareció interesante y de provecho? ¿Dónde habéis dejado todo aquel progresismo en el que crecisteis creyendo que os haría más perfectos?
Pareciera que todos hubieran aprendido las lecciones en las peores calles, con los peores maestros, con los mejores delincuentes...
Tenemos un planté de representantes de las leyes que no se molesta en cumplirlas que no tiene desperdicio. Y no solamente las leyes, sino también las normas éticas básicas.
Irrespetan de todas todas al pueblo que los soporta y mantiene mientras ellos menosprecian y no solo infravaloran a esa sociedad que les da apoyo.
¿Cómo puede mantenerse como ejemplo e insignia de una nación a una gente que en nuestras familias nos daría vergüenza tener? ¿Cómo consentimos que la justicia los exima de sus deberes?
¿Es lícito ser ilegal cuando se está formando parte de la muestra de una nación? ¿Puede ser ésta consentidora de tal situación? ¿Es eso justo? ¿Debemos de considerar justo lo ilícito? ¿Debemos dejarnos morir de hambre mientras vemos como nos roban y la justicia mira para otro lado? ¿Debemos también poner en entredicho la labor del poder judicial?
¿Queda algún organismo merecedor de credibilidad?
¿Vamos a romper ya este sistema de mentira que nos vendieron como bueno?¿Vamos a dejar de consentir de una puta vez?

lunes, 29 de abril de 2013

PIRATAS ADMINISTRATIVOS


Son muchos los que cargan directamente contra los trabajadores de la administración pública calificándolos de lastre sociooconómico de los gobiernos y culpabilizándolos de gran parte de la debacle económicosocial en la que estamos inmersos. Y digo economicosocial porque aunque la realidad acabe reduciéndose a la palabra dinero, no es éste más que el producto de una serie de crisis adyacentes que agrupando todas las vertientes de la sociedad, han llevado a ésta a una quiebra general siendo la económica, la parte más visible. Las opiniones que cargan directamente en contra del sistema político son cada vez más numerosas. En mi opinión es más acertada esta opinión ya que el trabajador de la administración no es más que la mano de obra del político de turno, como representantes del órgano correspondiente, ellos sirven al país pero los que dan las órdenes son los políticos.
Un trabajador público, sea cual sea su cometido y nivel, está preparado para realizar las tareas de su puesto o incluso otro de nivel superior. Claro que, como en todos los trabajos existirán algunos que no cumplan con su trabajo, eso pasa aquí y en todos los lugares del planeta, aunque haya quien lo niegue o incluso ni lo contemple. Aquí, claro está, no estamos hablando de esos trabajadores que a la vez que los políticos entran a formar parte de la máquina administrativa y normalmente con sueldos abultados. Son muchos de estos los que han conseguido con su mala praxis, poner en tela de juicio el trabajo de los primeros y la utilidad o necesidad de sus puestos de trabajo. Bueno, exactamente tampoco es así: La ciudadanía no discierne entre los unos y los otros y los políticos, con estos cargos a dedazo, piratas, no solamente tienen información de primera mano de todo aquello que se mueve por las administraciones, sobre todo si puede obstaculizar de alguna forma sus fines, sino que también cumplen casi siempre, algún favor antiguo, pasado o futuro, que queda saldado de manera encubierta, evitando posibles acusaciones de cohechos u otros delitos relacionados.
En el sistema actual, considerado ya por muchos una opereta de la democracia, los políticos no son más una herramienta del verdadero poder de manera tan cínica que ni tan siquiera se preocupan en aparentar que tienen idea de lo que tienen entre las manos, descuidando en ocasiones hasta las formas más primitivas.



PALABRA DE PIRATA



domingo, 21 de abril de 2013

EL OLOR DEL DINERO

Eso que llaman BRICS, -no, tetrabric no, BRICS, creen ser los que aquí creímos ser hace unos años.
Nos dan esperpénticas muestras de sus logros, como si ellos, abalados en la ficticia seguridad que da un bolsillo lleno, fueran los únicos y los primeros en ser los suficientemente listos para amasar raudo dinero, haciendo alarde de su consumismo superfluo, de sus billeteras indecentemente cargadas, mostrando sus papeles a modo de abanico de color morado y con ese peculiar olor que desprende el dinero en su meneo.
No piensan, de la misma forma que otros no pensaron antes, en que aquello que llega rápido, se todavía más pronto.
No se preguntan, del mismo modo que otros no preguntaron antes, de la procedencia de esos caudales que ahora facilitan su hasta hace poco, abrupta existencia.
No dudan, de la misma forma que otros no dudaron antes, de la lícita procedencia de todo ello.
Desconocen, como todo aquel que se educa obsesionado en amasar contenedores de billete fresco y denso, que todo es cíclico en esta vida, y que de la misma forma que la escasez estuvo instaurada en sus casas durante mucho tiempo, más pronto que tarde, volverá a recuperar sus feudos.
Desconocen también que los lugares donde se encuentra la mina de su riqueza será el pozo que se la trague y los deje sin ella.
Desconocen que las burbujas por fuertes que parezcan, no son más que bombas que embriagan con su crecimiento de tal forma, que uno pierde la noción del precio que sin saberlo, está pagando por ellas.
Y cuando toda vuelva a explotar, solo será momento en que otros, nuevamente, igual que ellos ahora, tomen el relevo, su ración de sueño.
Y todo ello fluye de manera sucesiva y constante, a modo de sueño que nos hace creer logros ajenos como nuestros, mientras la cruda realidad es que todo son juguetes de niño rico de dimensiones desmesuradas y que las fortunas, nunca cambiaron de dueño.

domingo, 14 de abril de 2013

LOS SANTOS INOCENTES


Quien podría decirles que mientras veían aquella película no estaban memorando un pasado reciente sino también un futuro próximo. Fue los que tras escuchar a Évole se me ocurrió al instante. Al oír las palabras del alma de dictador del programa expresándose con satisfacción y convencimiento me dí cuenta algo más que apesadumbrado, de que tras una sigilosa maniobra que urdían hacía ya treinta años, habían vuelto a tomar el control de la situación, ese que les da poder de maniobra absoluto, ese mismo que hace retroceder los logros sociales alcanzados, no treinta años atrás -¡ojalá fuera solo eso!- hablo de un retroceso histórico de más de trescientos años, y me atrevería a afinar que podría ser comparado con la época en que la dinastía reinante, a punto de extinguirse víctima de sus propios desmanes, daban los últimos golpes de efecto en su peculiar forma de tratar al pueblo, que con su trabajo de sol a sol y con poco más que un mendrugo de pan que llevarse a la boca -si la cosa iba bien-, mantenía su existencia cargada de excesos y excentricidades abaladas por los bancos divinos.
Todo podría repetirse cual calco del momento, con la única excepción de que en estos pocos años de intrusismo -según ellos- de la plebe en su terreno- muchos han aprovechado en cultura y conocimiento, y por mucho que se quiera, la sumisión resignada no podrá consagrarse en pleno. No pienso en solo aquellos que se han nutrido de lo bueno, ya que todavía ellos, llegado el momento, pueden doblar la posibilidad: luchar dentro o marcharse fuera; me refiero también a todos aquellos que manteniendo la ignorancia de antaño, viéronse con cuatro cuartos en el bolsillo y creyeron que el mundo por fin estaba cambiando, eso junto – en muchas ocasiones- con una buena ración de desarraigo, esa que justo los aísla de una sociedad a la que pertenecen y de la cual un día se sintieron parte y que acabado el periodo, no es más que objeto de odio, de venganza y de resentimiento, de un sentirse objeto utilizado y que ante el peligro de llegar a su desguace, lucharan encarnizadamente, sin importarles nada, pues nada más que su vida, les queda por perder.
TERCERA REPUBLICA


domingo, 7 de abril de 2013

PARAÍSOS FISCALES PARA LA INDIGESTIÓN


Hay que cumplir con las obligaciones. Todas las personas tenemos obligaciones que cumplir. Unos más, otros menos. No hay nadie que quede exento de ellas. Básicamente porque algunas de ellas son funciones vitales, que si nos negásemos a ejecutarlas, acabaríamos perdiendo ese derecho a estar aquí, de desde el momento del alumbramiento todo ser humano se ha ganado.
Hay que diferenciar como en casi todas las tareas del ser humano, dentro de las obligaciones podemos diferenciar las que son sí o sí y las que uno se marca con uno mismo.
Más de uno estará diciendo que a qué se debe todo este ensayo de a pie en mi homilia. Pues viene justo a modo de introducción, que hoy me es muy difícil enviar una parrafada dos punto cero que venga al quite con todos esos asuntos que lejos de subir mis niveles de testosterona y embestir con fuerza para poner mi pequeño grano de arena, en ese amago de desvelo, de demolición de todo lo que acontece con mis palabras, resulta que los acontecimientos judiciales de esta semana se me han atragantado en su gran mayoría y aquellos que han pasado mi gaznate, han producido tal indigestión que todavía, a las horas que son, intento recuperarme.
Es por ello que acudo tarde, muy tarde, a mi cita dominical y también por lo que hacía alusión en mi extraña introducción en este tipo de trabajos, a las obligaciones de las personas, porque justamente, la tarea de sermonear cada semana a modo de curilla pogre y rebotado con el sistema, como aquellos que había antiguamente, allá por el tiempo de los hippies, que tan buena labor social hicieron, es una de las obligaciones que tengo marcadas para con mi persona. Sería feo que si en algún punto del universo dos punto cero existe alguien interesado en mis homilías o sencillamente se ha acostumbrado a ellas, se encuentre que el sermón no se encuentra, como si se tratase de alguno de esos milloncejos que últimamente desaparecen de las cuentas de alguno de esos que los tienen, y que sin darle más importancias, no recuerdan que fue de alguna importante cantidad. Yo recuerdo hasta los céntimos que me ahorro si compro el pan de la panadería o en el supermercado, una diferencia aproximada del doble del precio -cuarenta y cinco céntimos para ser exactos- que suponen, una diferencia a lo largo del año de ciento sesenta y cuatro con cincuenta al año, cantidad que puede utilizarse por ejemplo, para para pagar el agua seis meses o la la luz de un mes.
Y ellos no recuerdan donde metieron algún millón... ¡Qué vergüenza!
No puedo entender esa obsesión por amasar dinero, y creo que esta falta de comprensión no se debe al lugar desde donde yo me encuentro. Yo entiendo perfectamente que todos no tenemos las mismas prioridades, de la misma forma que las nombradas obligaciones, pero realmente ¿es necesario tanto? ¿Es necesario robar tanto? A ver, si tenemos una parte de la población tan sumamente inteligente como para amasar fortunas tan gigantescas -de manera legal o fraudulenta- , esa misma inteligencia no les da para pensar que llegado el día, no se van a quedar ellos aquí para la subasta final? Todo ese dinero, ese que es más que de sobra para vivir en su mundo de lujos, no les va a servir para comprar la salud, ni tan siquiera la tópica felicidad. Realmente ¿Es necesario fomentar de manera tan salvaje la desigualdad social? ¿Es de recibo tener millones escondidos en un paraíso fiscal que no tendrán ni ellos ni sus generaciones posteriores tiempo de gastar mientras con un misero porcentaje podrían generar formas de sustento para todos aquellos que se les niega?
Parece que todas esas cantidades no les dan para comprar un poco de sentido común, ese que seguro creen tener, pero que ni siquiera conocen.

domingo, 31 de marzo de 2013

NUNCA MUERDAS LA MANO DEL QUE TE DIO DE COMER


Un domingo de resurrección donde en el algún momento se nos ha recordado la naturaleza humana del hijo de Dios, deja mucho que desear.
Pero no seré cansina con el tema y me dedicaré a otra resurrección más mundana y también más cercana, vista por todos nosotros hace un tiempo. Me estoy refiriendo a la resurrección de la nadadora. Aunque bueno, puestos a hablar con propiedad, no puedo hablar de resurrección de alguien que nunca murió, bueno si, como nadadora está muerta. Tuvo su ciclo. Y fue bueno. No, bueno no. Fue mejor. Mejor de lo que nunca hubiese imaginado jamás. Hace mucho, mucho tiempo, cuando ella era cero patatero, cuando los polvitos de toda índole y procedencia eran los únicos adornos de su biografía, alguien decidió tirar de ella y sacarla del pozo de mierda en el cual se encontraba.
La susodicha aprovechó el tirón y salió a flote. La oportunidad recibida le dio reconocimiento social y dinero suficiente para continuar con todo aquello que la perdía y la hacía sumamente feliz. Intentó varias veces montarse una vida pero todos terminaban antes de comenzar, cuando el contrario de turno se ponía al día sobre el resto de contrarios y varios.
No encontré a nadie que me contara algo bonito de la diva tras el velo. La vida que nos enseñó no era más que una mentira, una biografía adecuada que mostrar en los medios, nada más. A lo mejor estos medios, como hicieron con los supuestos exhibicionistas del Saloufest, habían recibido propina de la cadena promotora : unos por enseñar el culo, otros por pactar el silencio de una sucia realidad. Todo sea por la venta.
El oportunismo de dimensiones bizarras es lo único claro de este tipo de acontecimientos: Da igual lo que te lleves por delante: la reputación de un pueblo en general o de una persona en particular. Hay gente tan tonta que se cree tan lista...
Piensa que nunca se les va a pillar... A unos se les pilló pagando veinte euros por la foto, a otros le salieron tantos testigos indignados que no moverán un dedo para avalar su putrefacta mentira. Pero el daño estaba hecho. Y resucitar, aun no siendo de una muerte certera, no deja de ser un reto. Sobre todo si con quien te has ensañado en quien un día te dio de comer...

domingo, 24 de marzo de 2013

A LA LAVADORA Y PUNTO


Quisiera no pensar en ello pero no puedo y si esto ocurre es porque cada día esta sociedad me lo pone más a huevo.
Quisiera creer, aunque fuera solo un momento, que todo el monte es orégano, que todo el mundo es bueno, pero de eso a aquí, nada hubo nunca más lejos.
No me resigno, aunque si soy franca, lo intento.
Y lo peor de todo esto es la desconfianza que se acrecenta sin tregua, sin un merecido descanso de esa vigía constante en que se está convirtiendo la vida.
¿Que de qué hablo? Estarán pensando...
Hablo que todo aquel que hace del bien su divisa, del que se abandera paladín de la justicia, en el misionero de a pie que estremece en sus relatos de las miserias de la vida.
Estoy hablando de todos aquellos que bajo el gesto de la bondad ensalzan hazañas desinteresadas, tanto en las altas esferas como a la altura de las ratas.
Hoy quizá me siento más impúdica, la realidad que se torna cada día más dura me revela. Estoy tan alterada ante tanto terrorismo que destilo cólera en mis venas abiertas.
Cada vez que escucho aquello de “sin ánimo de lucro”, algo en mi se revuelve, unas arcadas violentas se apoderan de mi estrella. No puedo evitar el pensar en lo que se esconde tras ello, no veo lo que nos presentan, el resultado, es falso, no me interesa.
Tras la supuesta sonrisa de un niño, encontramos la evasión o la fuga de capitales, que a ese mismo niño, han llevado a la pobreza.
Detrás de la maniobra que libera a un pueblo, no hay más que la avaricia y la codicia, de lo que esa tierra genera.
Tras el voluntario sufrido, que se emociona ante el detalle ajeno, se esconde un lobo con piel de cordero que busca víctima a quien morderle el cuello.
Y mientras todos ellos hacen colada de sus conciencias, a los imperfectos como como yo, siempre además nos quedará la duda, el saber realmente si es el buen hacer quien todo esto mueve y estamos equivocados, cosa que presumo en pocas ocasiones sucede. Y si esto pasa, buena nota hemos tomado, cuatro lágrimas, y limpios nuevamente hemos quedado.


domingo, 17 de marzo de 2013

DOBLES MORALES


Acostumbra a ocurrir que cuando uno por alguna razón se encuentra sobrepasado, no es capaz de discurrir con claridad. Es en esas ocasiones cuando dada la necesidad, uno puede recurrir a citas ajenas, eso que algunos denominan plagio y otros sin embargo, ven como una simple influencia.
Cuando es así, lo mejor es leer, contrastar un mismo titular con todos los puntos de vista, y callar.
Y bueno, me puse en ello aunque a estas alturas, uno ya no sabe quien es quien, uno no entiende como el nombramiento de un nuevo Papa en un mundo donde la pobreza no es vocacional y la riqueza se ha convertido en objeto de desconfianza acapara la atención; tampoco se entiende como el heredero ocasional de un país que se debate entre dos mares atribuye tal asignación a las influencias divinas de su antecesor, como si el pueblo fuera un niño al que se le explica un cuento; menos todavía se puede entender como un delito de alto calado político queda reducido a una vendeta por ataque de cornamenta; y para culminar mi enfado, descubro que todavía hay quien se preocupa por las posibles evasiones de capitales, básicamente porque quienes se preocupan de ello, son los maestros de tal asignatura; me fastidia enormemente como se gestan matanzas y no hay nadie que ponga fin a ello; Me repugna comprobar como hablan de quiebras de ciudades enteras los propios culpables de ello y como éstos, ven impertérritos como aquello que les dio su estatus, se ha convertido en objeto de copla fuera del país que un día veneró.
Me revienta esa doble moral de tan distinto rasero, que bajo humildes e idílicas pretensiones ha convertido el edén en un infierno de llamas descontroladas que acabará por incinerarlo todo...

domingo, 3 de marzo de 2013

LA SILLA DE PEDRO Y SUS 60 CANDIDATOS


No podemos dejar de lado en el día de hoy, el próximo nombramiento del futuro Papa.
De los catorce nombres que se están barajando, deberíamos tener en cuenta algunos características que impactarían directamente ante la máquina vaticana.
Seguro un buen candidato sería el hondureño Rodriguez Madariaga, dado su historial de constante lucha social, perfil adecuado para tomar las riendas de la Iglesia en un momento convulso como éste, pero será justamente su curriculum vitae como trabajador social constante por los más desfavorecidos y en contra de la droga y la corrupción, lo que no le ayudará precisamente, a ser el elegido.
Otro candidato con un perfil interesante es sin duda el argentino Jorge Bergoglio aunque si hacemos oído de los mentideros vaticanos, éste fue ya descartado en la anterior votación de manera milagrosa ya que parece ser tuvo más votos que Ratzinger, su raíz jesuita no tuvo la suficiente fuerza para mantener el pulso al Vaticano, por lo menos en aquel momento.
Norberto Rivera, es además de religioso todo un tecnócrata, un conocedor del mundo a todos los niveles , pero el Vaticano no puede dar al mundo una lección de egoísmo puro y duro, no señor, seguramente sería capaz de dar a la iglesia el empuje que necesita en estos tiempos, pero no puede despojar a México de un hombre tan valioso, aunque tenga en su historial algunos puntos de dudosa dedicación.
Algunos candidatos quedan descartados por su juventud, una herejía por el divino tesoro que la compone y que pondría en doble peligro la castidad de ministros y levantaría uno de los principios más fuertes del sistema. Sin duda, mejor viejos o entrados en años. Descartamos pues al filipino Luis Antonio Tagle, de tan solo cincuenta y cinco años; Christoph Schonborn, sería sin duda un buen aliado para esas maltrechas monarquías europeas, que ven a algunos de sus miembros haciendo el paseillo por las puertas de los juzgados o objeto de la crónica rosa y amarilla por asuntos de faldas, es conde, pero también es algo joven, tiene 67 años;
Timothy Dolan, de la misma edad, es además estadounidense y católico, quizás en otro momento lo hubiese tenido más fácil...
De España nos viene Antonio Cañizares, conocido por sus lisérgicas comparaciones y que de seguro, su nombramiento convertiría Europa en un feudo del velo, pero ojo, que nadie se equivoque, que hablo del que se pone con peineta.
Nombrar a John Onaiyekan , sería todo un cambio y no lo digo por el color de su piel, sino porque pese a su bagaje intercultural, no dejaría de ser todo un episodio sísmico sobre las bases de la Iglesia, un acto de valentía para el cual no veo preparada a la institución.
Unos de mis preferidos aunque he de reconocer que es también algo joven, ya que solamente tiene sesenta años, es el húngaro Péter Erdö, con gran experiencia en organización debido a su trayectoria.
No puedo dejar de mencionar en este párrafo al Argentino Leonardo Sandri , nacido bajo el signo de escopio, debe tenerse aquí muy en cuenta que es un argentino distinguido en diferentes países incluyendo entre ellos a Chile. Un papa argentino podría dar lugar a una de las mayores revoluciones de la iglesia, ya que llegado el caso, posiblemente desoiría la abstinencia de carne durante los viernes de cuaresma.
En último lugar comentaré alguna cosa sobre los candidatos italianos. Sin duda su procedencia ya es un punto a favor importante en estos momentos, como lo es también la distinción por parte del sumo pontífice saliente a su favor.
El cardenal Angelo Scola es sin duda un candidato con fuertes amarres a la Silla de Pedro: Su edad es muy adecuada para el cargo y su experiencia veneciana sin duda lo han capacitado como gran nadador entre corrientes.
No debemos de olvidar nunca aquel dicho que afirma que ser agradecidos es de bien nacidos. Después de todo, dar las gracias es algo que está al alcance de todos los bolsillos pese a los tiempos que corren.
En esta ocasión voy a dar las gracias a alguien que sin saberlo me ha ayudado en la homilía de hoy, se trata del blog “Visión de profetas”. Muchas gracias por la información, su blog me ha resultado muy interesante y no duden que han ganado un nuevo visitante.

domingo, 24 de febrero de 2013

23 F, EL MONTAJE?


¿Porqué justamente ayer, veintitrés efe la televisión pública emitió la película del mismo nombre?
Si uno lo piensa con detenimiento no resulta tan evidente, ¿o quizás si?
Para unos seguramente, la evidencia estará en la efemérides del hito histórico, y según como se mire incluso algo rocambolesco y racial – dependiendo de un color o de otro-, que fue la toma del Congreso de los diputados por un grupo de guardias civiles, secundado por el ejército en diferentes ciudades. Y es que seguramente, para la tranquilidad de todos nosotros fue así como nos lo quisieron vender... en ese momento.
No faltó quien ya entonces, lo tachó de estratégico montaje con una costosa puesta en escena para las arcas del propio estado, con el fin de acallar a todos aquellos que todavía tenían dudas o disconformidades -algunos pese a haber jurado una todavía niña constitución- en la veracidad del proceso democrático que apenas comenzaba. Y mientras unos lo sentían de esa forma, otros destacaban la figura de un rey, que justo hasta ese momento era la prueba de que realmente nada había cambiado, haciéndolo ver a partir de ese día como el hombre que salvó el país de una nueva dictadura – y por supuesto, fueron muchos, muchísimos, los que se creyeron, de hecho, todavía se creen, aquel cuento.
Visto fríamente no puede tomarse esta conjetura como algo totalmente baladí, aunque en su momento no pasó de conversación de trastienda de taberna o de círculo familiar. En aquella época la ciudadanía todavía tenía miedo. El pueblo descargaba ampliamente sus dosis de adrenalina en las grandes concentraciones, pero de vuelta a sus pequeños círculos, todo seguía en el mismo lugar y el temor seguía presente en sus vidas, razón ésta quizá de porqué no llevó a cabo una auténtica revolución social, esa que posiblemente hoy, nos está ahorcando.
En el transcurso del tiempo, todo pareció desarrollarse de la manera correcta, pese a que eran muchos los que entreveían que todo no era más que una situación engañosa, de entretenimiento del populacho -como ellos lo llaman- para mientras, preparar un golpe de efecto que nos cogiera a todos desprevenidos y a poder ser, debilitados.
No acierto a vislumbrar si toda esta oscura y larga maniobra era solo para eso o también, para acabar con esa figura superior que todavía les hace sombra.

domingo, 17 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI, TOCATA Y FUGA


En estos últimos días toda la convulsa situación que padece nuestra sociedad, ha mostrado nuevas muestras de ello. Uno de los acontecimientos que han marcado un antes y un después, un… por si existía alguna duda en la magnitud de la gravedad de la situación, ha sido la dimisión del Papa de la Iglesia Católica.
Nadie, creyente o no, pude obviar la realidad, esa que hace referencia a la existencia de dos iglesias dentro de un mismo seno: Una, la oficial, papal, la rica, para entendernos, esa que no tiene precisamente en su rutina de comportamiento todo aquello que predica. La otra, la de base, la de calle, la pragmática, la que está a lado de aquellos que lo necesitan.
En los medios de comunicación se acumulan cábalas sobre las causas reales de la dimisión del Sumo Pontífice.
Desde Roma, son prestos a la hora de hacer aclaraciones, actitud que a muchos de nosotros nos hace pensar todavía más allá. Son muchas las personas que la renuncia del Papa les supone un hecho sin importancia, entre otras porque no son católicos, practicantes o no. No se puede ignorar a la iglesia, y aunque no se crea en ella, no se le puede restar importancia a una institución que lleva más de dos mil años en el candelero y que pese a los ataques, escisiones, reformas, denuncias y otros temas, continua ahí, inamovible. Y si ha sobrevivido a todo eso es porque el Vaticano es como una caja de seguridad, completamente hermética.
Teniendo esto en cuenta resulta fácil entender el porqué mientras en estos momentos existe una emergencia religiosa considerable, la popularidad de la iglesia decae. Y eso se puede explicar: Las religiones nacieron con la necesidad humana de dar explicación a todo aquello que se escapa a la demostración, para llenar esa parte que nos diferencia del resto de seres vivos, ahora estamos viviendo una época convulsa y ante la ausencia de respuestas a todo lo que ocurre, las personas necesitan una opción fuera de ese materialismo que se les está derrumbando, algo que les evada o entretenga, para sobrellevar sutilmente la bárbara situación que nos envuelve.
La Iglesia sin embargo, decae de manera proporcional al descrédito que sufre el sistema social establecido, cosa que deja entrever que a pesar de su hermetismo forma parte activa de la sociedad.
Volviendo al principio, hay que remarcar que no podemos restar importancia a los hechos, podemos, eso sí, hacer todas las cábalas habidas y por haber, no podemos pasar de largo como si no fuese con nosotros. Tanto como afines, como críticos o como católicos progresistas, de los que dije anteriormente, de la iglesia católica de base, que son críticos ante las jerarquías mientras hacen una labor impecable, dando servicios sin apenas medios.
Mientras que unos aceptan que existen puntos de vista diferentes, hay muchos que no aceptan más que su realidad, esa que ellos mismos, a menudo transgreden.
Esperaremos sentados...
Alguno, no dando crédito comenta: “¿Cómo va ser que el Papa ha dimitido? Ni que fuese un político.”
Otro, le recuerda: “¡Pero si los políticos no dimiten!”
Mientras, yo me pregunto: ¿Quién marca los límites del derecho natural de las cosas?
La inquientante y devastadora renuncia del Ratzinger
Víctimas pendientes de justicia