lunes, 29 de abril de 2013

PIRATAS ADMINISTRATIVOS


Son muchos los que cargan directamente contra los trabajadores de la administración pública calificándolos de lastre sociooconómico de los gobiernos y culpabilizándolos de gran parte de la debacle económicosocial en la que estamos inmersos. Y digo economicosocial porque aunque la realidad acabe reduciéndose a la palabra dinero, no es éste más que el producto de una serie de crisis adyacentes que agrupando todas las vertientes de la sociedad, han llevado a ésta a una quiebra general siendo la económica, la parte más visible. Las opiniones que cargan directamente en contra del sistema político son cada vez más numerosas. En mi opinión es más acertada esta opinión ya que el trabajador de la administración no es más que la mano de obra del político de turno, como representantes del órgano correspondiente, ellos sirven al país pero los que dan las órdenes son los políticos.
Un trabajador público, sea cual sea su cometido y nivel, está preparado para realizar las tareas de su puesto o incluso otro de nivel superior. Claro que, como en todos los trabajos existirán algunos que no cumplan con su trabajo, eso pasa aquí y en todos los lugares del planeta, aunque haya quien lo niegue o incluso ni lo contemple. Aquí, claro está, no estamos hablando de esos trabajadores que a la vez que los políticos entran a formar parte de la máquina administrativa y normalmente con sueldos abultados. Son muchos de estos los que han conseguido con su mala praxis, poner en tela de juicio el trabajo de los primeros y la utilidad o necesidad de sus puestos de trabajo. Bueno, exactamente tampoco es así: La ciudadanía no discierne entre los unos y los otros y los políticos, con estos cargos a dedazo, piratas, no solamente tienen información de primera mano de todo aquello que se mueve por las administraciones, sobre todo si puede obstaculizar de alguna forma sus fines, sino que también cumplen casi siempre, algún favor antiguo, pasado o futuro, que queda saldado de manera encubierta, evitando posibles acusaciones de cohechos u otros delitos relacionados.
En el sistema actual, considerado ya por muchos una opereta de la democracia, los políticos no son más una herramienta del verdadero poder de manera tan cínica que ni tan siquiera se preocupan en aparentar que tienen idea de lo que tienen entre las manos, descuidando en ocasiones hasta las formas más primitivas.



PALABRA DE PIRATA



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