domingo, 30 de junio de 2013

MENTES PELIGROSAS

No quisiera comenzar el verano, ese periodo en que los políticos y algún privilegiado más, viajan a algún paraíso diferente de los que acostumbran a visitar durante el año, añadiendo además compañía extra: nada de viajar solo o con algún colega, en verano uno viaja en familia.
Pues a lo que iba, antes de que se concentren los patricios en esas arduas tareas que les competen, me gustaría poner al retortero algo más que los asuntos paradisíacos que a todos nos empachan en un sinsentido continuo – y digo sinsentido porque al burgo, todo estos asuntos sobre macrodelicuentes de alta estofa que nos empacha desde hace un tiempo, no nos sirve nada más que para recordarnos a diario que los tópicos de la vida del tipo: “Todo fue un sueño”, “Fue bonito mientras duró” , etc, son el reflejo de la cruda realidad, esa que aveces edulcoramos para hacerla más llevadera.
Y bueno, harto ya de caramelos con droga dentro, viendo como las esferas de poder despotrican barbaridades sobre las verdaderas víctimas, a las que ahogan a impuestos y privan de los derechos básicos y reconocidos legalmente, he decidido lanzar una pregunta a modo de dardo caramelizado, como los suyos, esos que mediante vagas acusaciones y afirmaciones falsas sin otro ánimo que dividir para debilitar – que no para ensalzar y engrandecer el alma - :Ahí va.
¿Alguien puede explicarme porque de manera reiterada, una y otra vez se desestima la candidatura de la villa? ¿Y también habrá alguien que pueda decirme porqué continúan vendiendo ilusión a los villanos en lugar de generar riqueza -para los villanos (los habitantes de la villa) en lugar de hacerlos para los villanos (los que esquilman -por no decir otra cosa) a la villa y todos los territorios en un radio aproximado de seiscientos kilómetros, económica, cultural, social... y no se cuantas vertientes más acabadas en mente, ¡ ah si, la mente también! Nos quieren joder el entendimiento y hay veces que hasta lo consiguen... ¡vaya manipuladores!
Aunque no hay más que mirar fuera del radio de control para comprobar que casi nada es como en realidad nos lo presentan y que además, desde fuera, la gran mayoría no comulga con esta pantomima hecha gobierno, y quizás, uno de los castigos, dosificados de manera discreta y porque no, ambigua, sea la negativa reitera a un sueño, que al fin y al cabo, solo castiga al que sueña con alcanzarlo, que al final no es más, que el villano de a pié, el envenenado y engañado, víctima cruel junto con el resto de a pié del mencionado radio, que cada día ve aumentar, los que esperan la noticia, sentados -en la cola del paro-.
Y si alguno quiere amenizar la espera, que intente encajar el puzzle de la manera más... efectiva.

¡Feliz verano!


domingo, 23 de junio de 2013

GESTIONES DESACERTADAS

Hace un par de días, como todas las mañanas, hacía mis mandados a pie. Antiguamente, cuando aunque nada, igual que ahora, iba bien, hacía los recados en coche, había un montón de razones para ello: podía conducir porque no tenía lesiones legendarias que me lo impidiesen, resultado de la merma de servicios sanitarios tras las políticas de recortes; podía también utilizar el coche porque llenar mi depósito costaba justo la mitad que vale ahora; podía asimismo aparcar en cualquier lado porque las zonas de pago solamente funcionaban durante unas fechas determinadas; podía pagar con tarjeta de débito porque sabía que mi nómina estaba en el banco esperando que yo dispusiese de ella.
Ahora camino toda la mañana. Andar en coche supone un ahorro de tiempo importante pero no más que el valor económico acumulado en ello. El desgaste físico es de alguna forma un si por si: ya no puedo pagarme el centro deportivo, mi poder adquisitivo ha mermado de manera directamente proporcional al aumento de patologías que bueno, de alguna forma, equilibro de manera práctica, camino y camino, aunque los brazos se dañan cada día más del peso que uno acarrea y del aumento de trabajo, ya que desde que en la empresa somos menos, debemos entre los superviviente de la primera quema, hacer bandera de fuerza y optimismo y sacar uno lo que antes hacían tres, por supuesto, con la misma calidad o mejor, mientras una y otra vez, nos vemos en la obligación de andar haciendo y deshaciendo todo aquello que la jauría de jefecillos ineptos puestos a capricho del que manda, y que dicho sea, entre todos saben y trabajan menos que a los dos indios de turno que han dejado – mi compañero y un servidor- y que para más inri, cada uno de ellos se embolsa cada mes algo así como el triple de nuestros jornales. Hablando de jornales, en el momento que mi sueldo llega al banco, voy sin demorarme y con sigilo a buscar mi dinero y pago en efectivo, para no ser atracada, ni por CACOS ni por cacos, sobre todo los primeros, esos que, últimamente, además de quedarse con nuestros dineros, reciben millonarias gratificaciones por sus gestiones desacertadas, ya sea de manera pública a través de cualquier tipo de retribución especial: gastos de representación, dietas, o indemnizaciones varias o bien, de manera privada, perdiendo los haberes en cuentas numeradas en cualquier banco pirata anclado en aguas fuera de jurisdicción y a poder ser sin donaciones GPS.
Y en la puerta del banco, un hombre joven, con buena presencia y provisto de dos mochilas grandes, que presumo, son sus únicas pertenencias, está sentado en el suelo, cabizbajo, aguantando un cartón blanco escrito a mano en el que leo “PARA VIVIR”.



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domingo, 16 de junio de 2013

OPERACIÓN DELOREAN

Llegó un día en el que DeLorean se hizo el objeto de culto tras descubrir que alguien había transportado a toda la sociedad en un viaje al pasado.
Incluso en los pueblos considerados ejemplo de todos los avances sociales, generalmente auspiciados en acciones de baja calificación, por no decir actos impúdicos, en cualquier sector de la sociedad en general y del individuo en particular.
Curiosamente es en la historia, cuyo estudio es considerado inútil sobre todo por aquellos con ínfulas de gobernabilidad sobre el resto de mortales, donde podemos encontrar sin necesidad de grandes costes en investigación, la respuesta a todos estos acontecimientos que acontecen y que a una gran mayoría nos resultan inconcebibles a estas alturas.
Todavía cuesta hacer entender a una gran mayoría social que es justamente en la investigación histórica, un terreno que debido a sus características... ¿cómo podríamos decirle? ¿low cost? Creo que lo de bajo coste es perfecto y sostenible dentro de nuestro panorama actual.
Claro que seguramente a esas clases dirigentes podría costarles justamente cara la opción ya que perderían de manera automática, poder de manipulación sobre las masas de actuación y soporte.
Es obvio. En el momento que cualquier individuo sea conocedor de los detalles de aquellos que nos precedieron, necesitará poco más que unas capacidades intelectuales corrientes para darse cuenta de que todos todos los años transcurridos, siglos, que no es necesario apurar, no han aportado a la sociedad más que un movimiento cíclico, un auténtico viaje sin salida y sin retorno, en el que a modo de gramófono bidireccional se escucha una y otra vez y en doble dirección, la misma melodía.
Bastaría hacer un rápido barrido visual por cualquier libro historia para darse cuenta que todo no es más que una repetición de algo que ya antes ocurrió.
Solamente es necesario un libro y un poco de tiempo. ¡Ponganselo difícil al sistema!
Nunca una solución estuvo tan cerca y fue tan evidente.

De la misma forma, es evidente que, las conclusiones, debe deducirlas uno mismo.


domingo, 9 de junio de 2013

LA MUERTE TENÍA UN PRECIO... Y LA VIDA?

Las políticas de austeridad están provocando daños de tal calado en la población, que realmente resulta difícil, incluso para cualquier analista diestro en la materia, vaticinar cual será el auténtico alcance de la brecha social perpetuada, fruto sin duda de una cadena de errores políticos tomados en forma de decisiones dolorosas que a priori, y por supuesto según los iluminados que las están poniendo en circulación, son para el bien de su querida patria y de todos aquellos que sus territorios habitan.
Se habla a todas horas y en espacios de cualquier ámbito de todas las medidas que ese vergonzoso equipo que nos gobierna, de la desconfianza revertida a los ciudadanos que ya ni tan siquiera se escandalizan ante el continuo chorreo delictivo de éstos.
Es evidente y no hace falta ser una lumbrera ni nadie muy estudiado para hacer cuatro números a la cuenta de la vieja, para darse cuenta que tras todas esas conductas delictivas, se encuentra uno por uno, todos los euros que nos han sido robados, perdón, aquí nadie roba nada, los euros, todos esos que poco a poco hemos visto desaparecer de las partidas presupuestarias hasta el extremo de convertirnos en un país de saldo, los hemos extraviado.
Cualquier sector es importante cuando se habla de un supuesto estado de bienestar, aunque todavía no nos hemos concienciado de que el estado de bienestar ya pasó, y que realmente debemos luchar por conservar aquellos servicios que son parte de un sistema social bajo mínimos en las fechas que estamos. Hablo de la educación -pero no de esa a modo de despilfarro ha modificado sistema tras sistema cada vez más nefasto, pero eso hoy no lo voy a valorar, ya que aunque sea importante, la sanidad lo es quizá más, porque la vida de las personas es lo que está en juego.
Se están intentando implantar modelos económicos y laborales que no se sostienen y es quizá en el sistema sanitario donde estas carencias son más visibles.
No estoy pensando en la merma sufrida por las condiciones laborales o la pérdida de empleos, pienso en lo existente: Estamos presenciando como los salarios se están reduciendo próximos a los de un microempleo, sin embargo, no se está cumpliendo esa política más que a medias, de hacerlo de manera completa, podríamos estar hablando de más trabajadores en activo, con la consiguiente baja del número de desempleados y con una disminución en la calidad de servicios casi inapreciable.

Hace bien poco, una persona con fiebre era atendida en un centro sanitario en el mismo día, hoy, este servicio se retrasa hasta cuatro, lo que quiere decir, en el mejor de los casos que, si todavía no es tarde, damos cuatro días más de sufrimiento a una persona, pero puede ocurrir que vaya regular, siendo en ese caso, considerable el gasto sanitario porque ya implicará una hospitalización y en el peor de los casos, hablaremos de lo que una vez ocurrido no tiene arreglo ni se paga con dinero, la vida de las personas, no tiene precio.


domingo, 2 de junio de 2013

RADARES TRIBUTARIOS

Más que una bronca dominguera, de esas que el padre en su papel de progenitor responsable, da a su vástago adolescente cuando, -a largas horas de la mañana, con el sol culminando su cenit en un día que por fin se asemeja a lo que corresponde a estas alturas del año-, tras una noche toledana que por el olor a ron con miel que despide la estancia, más debería ser tinerfeña, no acaba de ponerse en pie tras los tragos y los estragos. El padre apela a su responsabilidad – a la del hijo- y le recuerda que si bien no hay límite de llegada, si que los hay de estancia en el lecho, y que si bien es grande para irse de copas con los amigos, también lo es para levantarse con la disposición de ayudarle a montar el jardín para el verano que recién asoma.
Y de los límites y radares, más que reprimenda hago hoy aviso. Y es que cuando uno va por la autovía, de esas que nos hicieron durante las vacas gordas, que nos hicieron parecer europeos y que ahora, cuando somos pobres, -ya lo éramos antes pero algunos creyeron, con tanta construcción que no- uno va tranquilo pensando que en la larga recta, siempre tiene su límite de los ciento veinte, y en las salidas, uno ve disminuir a cien y a ochenta, o a lo que se tercie, según la maniobra.
Avisos de radar encuentra uno por todas partes, pero resulta cómodo transitar por allí, sobre todo si uno pilló auto nuevo antes de descubrir nuestra ruina, y el coche tiene uno de esos mecanismos de bloqueo de la velocidad.
Justamente, la autovía en que me inspiro, es de esas como tantas otras, que se hicieron a diestro y siniestro, sin estudios lógicos al respecto -tanto por los ingenieros como por el personal que toque, o sea sé, enjabonados varios de esos que todos conocemos- con lo que quiero decir que el lugar donde se encuentra, la carretera primitiva y el tránsito habitual de la misma, no necesitaban la susodicha estructura.
Razón ésta sin duda para que abunden los radares a la caza de tributo. Como la mayoría de los conductores andan ya un poco boquerón, vamos, más secos que la mojama, acostumbran a circular atentos y obedientes a las señales, y claro, ahí viene donde el padre que quiere arreglar precisamente hoy ese jardín, convertido en gobierno dispuesto a cobrar como sea, de manera engañosa, como al azar, pero muy estratégicamente, coloca un disco de prohibición de cien, justo antes de uno de esos superpuentes por los que pasan diez o doce coches al día – vamos, igual de optimizados en rendimiento que la autovía- y el conductor, todo feliz, entiende que tras él, una nueva salida espera, cuando en realidad lo que se encuentra, es un radarcito, de los de toda la vida, con la cámara destellando a toda leche, y haciendo fotos con un precio en el mercado de artista de Hollywood, o mejor, de uno de esos de la liga BBVA, que a muchos de nosotros, nos tiene atontaos. De esos que todavía se pagan como eso, como si fuéramos ricos, como la multa... he dicho.
Y por una de esas, hasta te llevan preso.

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