domingo, 10 de febrero de 2013

TRABAJO Y PREVISIÓN VS ROBO IMPUNE


Por mucho que vaya y venga la historia, Idilocalandia no deja de ser una tierra de labriegos que sueñan con ser otra cosa y que eso si, en su cabezonería por querer cambiar su sino, apuestan una y otra vez de manera por la materialización de esos sueños, y que en alguna ocasión, llegan a cobrar unas características casi reales, tanto, que pueden ser tocadas por sus manos.
Pero no hay que dejarse engañar. Aquí somos diferentes. Aquí acostumbramos a ir contracorriente del resto. Aquí, tenemos siempre la razón, hasta cuando más equivocados estamos.
Hoy es difícil para mí la coherencia. Mi recorrido por la prensa dominical ha puesto mi mal humor en cotas desaconsejadas por la OMS.
Y es este momento creo que nuestro tradicional derecho al pataleo ha quedado totalmente caduco, tanto que, si realmente deseamos salir de la situación en la que nuestros dirigentes nos han abocado de manera sutil durante décadas, debemos dejar de lado delicadezas, prudencias y miedos al uso, que hasta ahora no nos sirven poco más que para dar una imagen de sociedad pasiva, de gente haragana , sin alternativas, caldo de cultivo perfecto para la manipulación y malversación de manera pacífica de la realidad y de nuestro futuro.
Están históricamente probados todos los desatinos de este país, pero es justamente ahora, y no antes ni después cuando por causas de diferente índole, todos tenemos acceso a información suficiente como para, en condiciones “normales”, dejar de consentir esta cadena de atropellos de la que somos objetos. Continuamos financiando una clase política que no cumple sus funciones, que atenta contra nuestra soberanía, obstaculiza nuestro desarrollo, y delinque impunemente ante la mirada asombrada de todos nosotros. Y es que no damos para más. En alguna ocasión, en un punto determinado, se consigue dejar de lado con éxito este destino adquirido, pero nuestra historia no deja ser más que un cúmulo de vaivenes que no nos permiten avanzar con acierto. En eso de las idas y venidas nadie nos gana. Nadie nos pone el pie encima en errores de cálculo fruto de nuestra ignominia de ida y vuelta, esa que acaba siempre convirtiéndonos en objeto de burla por el norte, por el sur, por el este y hasta por el oeste.
El término de república bananera a estas alturas de la semana se nos ha quedado muy pequeño, tanto, que en breve no nos quedará desaparecer, quizás bajo los futuros movimientos de tierras en la futura Eurovegas.
¿Quien dice que no somos trabajadores ni previsores? Pero como buenos labriegos, vamos a preparar incluso, nuestra propia fosa.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario